CARTA TRES MIL VEINTIUNO A DIOS

Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3021.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco con todo mi corazón por haberme permitido llegar a un nuevo cumpleaños gozando de vida y de salud. Por permitirme seguir en este mundo, por haberme cuidado con tanto amor todos estos años y porque durante los 59 años que hoy cumplo, gracias a ti y solo a ti, tú nunca me has dejado sola. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te agradezco con todo mi corazón por permitir que mis hijos se reencontraran, se reunieran, hablaran, limaran sus asperezas, estuvieran compartiendo su tiempo como hace mucho no lo hacían. Eso solo se pudo lograr gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te agradezco con todo mi corazón por habernos permitido salir de la casa de la señora en la que estábamos y estar aquí, disfrutando tranquilos de este lugar, hasta que sea tu santísima voluntad que lo conservemos o que encontremos en otro lugar y así nos estabilicemos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón yo te agradezco con todo mi corazón por la gran ilusión que me permites tener al concederme la gracia de que la petición de mi hijo Andrés se encuentre ahora en revisión por parte de inmigración. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te agradezco con todo mi corazón por todos los milagros que me concediste este ano que paso, por los que me concediste los años anteriores y por los que me concederás en estos años que vienen gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te agradezco todos estos milagros por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.