PAGINA PRINCIPAL

lunes, 19 de junio de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y DOS A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.982.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA. 

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón.  Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.  Te amo, te amo, te amo mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

Y también quiero suplicar te que, si es esa tu Santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, tú sabes cuantos momentos de impotencia yo paso, sé que muchos de esos momentos son a causa de mis propias acciones. Ayer mientras estaba dentro del carro, después de otra de las innumerables peleas con mi esposo, pensaba en salir corriendo, terminarlo todo y dejarlo solo para que sea más feliz.

Y es que en realidad yo siempre he sentido que en esta relación no hay amor verdadero y que el solo me ha aguantado porque necesita, quiere o espera organizar su situación. Tú sabes mi adorado padre celestial que esa fue una promesa que yo hice desde que llegue aquí gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo y que, si es esa tu Santísima voluntad, yo la voy a cumplir estemos o no juntos.

Yo siento mucha rabia cuando me trata mal, me gruta y hace cosas en mi contra cuando él está enojado, pero luego me da pesar y sigo aquí a pesar de sentir que el nones feliz conmigo. 

Mis pensamientos humanos me dicen muchas cosas, pero entiendo que, si es tu Santísima voluntad que aún estemos juntos, tú mi amadísimo Señor Jesucristo, eres el único que conoces la razón para eso y que yo debo aceptar tu voluntad y hacer lo que humanamente deba hacer.

Quiero que sepas mi amadísimo Señor Jesucristo que, antes que nada, yo confío ciegamente en ti y que yo sé, que, si un día me quedo sin el apoyo económico de mi esposo Guadalupe, tú nunca me vas a abandonar.

De mi parte seguiré buscando empleo tratando de dejar de ser una mantenida por primera vez en mi vida y te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me ayudes a encontrar lo. Que por favor me abras una puerta buena y estable gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado.  Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario