PAGINA PRINCIPAL

sábado, 6 de mayo de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS TREINTA Y OCHO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.938.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud. Física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te las digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, tú me lo has dado todo, la vida, la salud, lo más importante, tu inmenso amor. Me has bendecido de mil maneras durante todos estos años que me has permitido vivir, y a pesar de recibir tanto y tantas cosas que yo sé que no merezco, aún me falta demasiado para agradecerte suficientemente. Hoy quiero decirte que te amo con todo mi corazón, que te amo con mi alma, con mi mente y con mi espíritu. Quiero que sepas que toda mi vida te pertenece a ti y que sin ti esta vida no sería posible. Quiero que sepas también que cada día que me regales la voy a aprovechar al máximo para ser una mejor persona, ara hacer las cosas bien, para cumplir con todas las promesas que te hice y para demostrarte con hechos cuanto yo te amo. Te digo todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, tú me enseñaste a ser una persona totalmente diferente, me mostraste todos mis errores, me enseñaste cómo corregir esos errores. Tú has estado conmigo siempre, nunca me has abandonado. Has estado junto a mi luchando en mi lugar las batallas más duras. Me has protegido incluso de mí misma. Tú me regalaste el don de la fe, me enseñaste a vivir en esa fe y me ayudaste a pegarme de la fe en aquellos momentos en los que estuve completamente perdida y desesperada, en los que si no hubiera sido por ti mi amadísimo señor Jesucristo yo no hubiera sido capaz de resistir. Te digo todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, tú eres el único que conoce verdaderamente todo lo que hay en mi interior, todo lo que pienso, todo lo que hago cuando nadie me ve y eres el único que conoce lo qué hay en mi corazón. La parte más hermosa de mi ser es mi corazón porque tú estás en él. Oh, mi amadísimo señor Jesucristo, por favor, nunca me quites tu amor, porque tu amor es el único tesoro que yo tengo. Te digo todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario