PAGINA PRINCIPAL

jueves, 4 de mayo de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS TREINTA Y SEIS A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.936.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco con todo mi corazón, por procurar para nosotros la salud y el bienestar. Cada día, todos los días en todas partes de este mundo maravilloso que tu mi amadísimo señor Jesucristo creaste para nosotros con tanto amor, hay conmigo millones de personas que nos hemos recuperado de nuestras enfermedades, incluso de las más graves, gracias a tus amorosos cuidados. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en mi camino por la vida yo he enfrentado he enfrentado muchas situaciones, momentos buenos y momentos malos.  He recorrido, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, muchos caminos. Caminos que finalmente me trajeron hasta este país con tu bendición. Gracias a ti, mi vida en este país ha sido un enorme libro de enseñanzas. Aquí aprendí a ser humilde, aprendí a perdonar y a olvidar, aprendí a hacer uso de algunos de los dones que tu me regalaste desde el día en el que me permitiste nacer y aunque sé que aún me falta mucho, yo te agradezco con todo mi corazón por la oportunidad que me diste al traer mis pasos hasta acá. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, hoy es un día diferente, el preludio de un enorme cambio en nuestras vidas, la preparación para vivir de manera diferente, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, sé que siempre olvido algo por lo que debo agradecerte, pero quiero que sepas que a cada segundo de mi existencia yo tengo millones de motivos por los cuales decirte gracias, que unos agradecimientos pueden cubrir las cosas que recuerde y también las cosas que mi mente olvide. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, yo te agradezco con todo mi corazón por corregir en mí todos los errores humanos que cometo a diario, por pulir mi mente, mi corazón y mi alma para que yo sea una mejor persona, por no enojarte conmigo apease de no saber vivir y sobre todo por nunca dejar de amarme. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado, hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario