Buenas noches
mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para
ti, la carta número 2.945.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, tú sabes
que yo intento por todos los medios posibles ser una mejor persona y no dejarme
llevar por mis sentimientos de humano equivocado. Sabes que aún no encuentro la
manera de hacerlo. Me molestan tantas cosas en esta vida de las personas. Tal
vez sea cierto que yo estoy loca como dice mi hijo, o traumada como dice mi esposo,
pero me niego a creer en todas las cosas que me dicen ellos, porque lo que si
tengo muy en claro es que soy hija tuya oh, mi amadísimo señor Jesucristo, y
por lo tanto soy perfecta.
Ahora bien, yo
también sé que tú me hiciste perfecta, que desde mi nacimiento me colmaste de
bendiciones y me diste muchos dones. Lamentablemente yo he tomado demasiadas
decisiones equivocadas, desde que tengo uso de razón. Sin embargo, a pesar de
equivocarme tanto, tu sigues ahí dentro de mi corazón perdonándome cada día y dándome
una y otra vez la oportunidad de enmendar mis acciones. Te lo agradezco con el
alma mi adorado padre celestial.
Gracias a ti y
solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, ahora estamos aquí, en este nuevo lugar,
mis gatos, mi esposo y yo. Primero que nada, quiero decirte gracias por tener
un baño donde hacer nuestras necesidades para nosotros solos. Tener una cocina
para preparar todos nuestros alimentos sin tener que pelear con nadie porque están
ocupados los fogones, porque la cocina esta sucia, por la cochinada de otras
personas. Oh, mi adorado padre celestial, yo te agradezco con el alma porque
para mí eso es una enorme bendición. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Dios de mi amor,
estando aquí, mi condición de humana me ha llenado de dudas y de miedos. Dudas
de si la señora es una buena persona, miedos a estar sola en esta casa tan grande
y no saber quién y cómo se vive en el entorno. Pero quiero que sepas mi amadísimo
señor Jesucristo que, a pesar de todas esas dudas y esos miedos humanos míos,
yo vivo en mi fe y conservo mi fe y por eso sé que, si tú nos trajiste aquí, es
solo para nuestro bienestar. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario