PAGINA PRINCIPAL

lunes, 22 de mayo de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y CUATRO A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2954.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, Dios de mi vida, tú sabes cuanto y de qué manera yo he luchado por mis hijos, para brindarles lo que humanamente les puedo dar, porque los milagros maravillosos y más grandes ellos los reciben de tus sagradas manos. Tú sabes que me vine a esta casa a trabajar duro para tratar de ahorrar el dinero que necesitamos para pagar la universidad y para poder traer a mi hijo para acá. Tú sabes también mi amadísimo señor Jesucristo que, si es esa tu santísima voluntad, y tu permites que mi hijo Andrés pueda venir a este país, a mí me gustaría mucho tener la posibilidad de ofrecerle a él, con tu venia y bendición, un lugar donde dormir y donde quedarse por el tiempo que él así lo necesite.

Todas las condiciones y ordenes de la señora están bien para mí y tú sabes que yo trato de seguirlas al pie de la letra, pero yo no quiero tener que decirle a mi hijo que no tiene un lugar donde quedarse, después de haberte ofrecido mi apoyo. Es por lo que quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me abras las puertas de un empleo remoto en el que yo pueda ahorrar lo suficiente para que nos mudemos de este lugar y consigamos otro antes de que mi hijo venga para ofrecerle un hogar lleno de amor y compañía, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te agradezco con el alma por esta oportunidad y por abrir mi mente a los pensamientos que me ayudan a organizarme. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Sabes Dios de mi alma, yo sé que, sin ti, yo ni siquiera sería capaz de escribir, de pensar, de tomar decisiones, de hacer cosas, de hablar, de defenderme a mí misma. No sería capaz de arrepentirme de mis malas acciones y no sería capaz de pedir perdón y disculpas cuando me equivoco. Oh, mi amadísimo señor Jesucristo tu eres mi mundo, eres mi amor, eres el único y verdadero eje de mi existencia. Por favor nunca me abandones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario