Buenos días,
mi Dios adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 2.918.
Pero antes que nada quiero
decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI
CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDE EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA
HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias
por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo
mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de
mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las
tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte
que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con
tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y
salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi
amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar
esta carta para hacer uso de uno de dos de los dones que tú me regalaste desde
que nací y que en pocas ocasiones uso. Lo hago por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, el perdón y el olvido son dos dones
espirituales que tú nos concedes a todos nosotros tus hijos alrededor del
universo desde el lamento que nos permites nacer y venir a este mundo terrenal
a disfrutar de todas las maravillas que creaste para nosotros.
Pero perdonar y olvidar, son,
aunque son dos dones extraordinariamente hermosos que nos servirían para vivir
mejor y para ser mejores los unos con los otros, son los que más dificultad nos
produce ponerlos en práctica. Es por lo que, en el día de hoy, domingo 16 del
mes de abril del año 2023, yo quiero dejar plasmadas mis palabras de perdón en
esta tu carta para que nunca se me olviden todas las cosas que te he prometido perdonar
y las cuales también te prometo olvidar. Te lo prometo por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Comienzo por mis padres,
quienes lamentablemente ya no están en este mundo terrenal, prometo perdonar y
olvidar todos los golpes que me dieron mientras crecía con los que ellos
querían formarme y enseñarme a vivir bajo sus preceptos. Todos esos golpes que
llenaron de dolor y de rencor a mi corazón y que, aunque desde hace mucho les
perdone por eso, aún hay momentos en los que todavía los recuerdos. Te prometo
perdonarlos de corazón y olvidarlos todos a partir de este momento. Te lo prometo
por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, continuando
con mis padres, y las cosas que me hicieron que aun puedo recordar, te prometo
a partir de este momento, perdonar y olvidar aquella noche en la que me
cerraron las puertas de su casa cuando recién separada de mi esposo, con dos
pequeños niños en brazos y un bulto de ropa, los busque para pedirles ayuda y
me dijeron que no. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, yo te prometo
perdonar y olvidar la vez que mi hermana mayor, a causa de sus celos, me tiro
todas mis pertenencias a la calle, sacándome de su casa a mis y a mis hijos
porque ya no me quería allí. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Dios de mi corazón, te prometo
perdonar y olvidar todas las veces en las que mi hermana mayor se quedó con
cosas mías sin mi consentimiento, las veces en las que ella y su hijo le
quitaron cosas a mis hijos y la vez en la que se aprovecharon de que mi hijo
menor estuviera drogado y evadido de su realidad para quitarle todas sus
pertenencias. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario