PAGINA PRINCIPAL

lunes, 13 de marzo de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS OCHENTA Y CUATRO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2884.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para hacerte las promesas por última vez esperando a que, si es esa tu santísima voluntad, yo sea capaz de cumplirlas. Dios de mi vida, hoy estoy aquí, sentada frente a ti, completamente arrepentida por haberme pasado toda la vida vendiendo hasta mi manera de ser y de hablar por mantener comida y techo. Completamente arrepentida por no tener ni siquiera un peso en mi cuenta que me ayudara a irme de esta casa y comenzar de nuevo. Por no tener ni la menor idea de que hacer y cómo hacerlo para darle un cambio radical en mi vida que me haga recuperar la dignidad que me diste desde que nací y que yo perdí desde hace muchísimo tiempo cuando me convertí en una mujer mantenida.

Dios de mi amor, hoy estoy completamente avergonzada por ser tan poquita en esta vida, porque desde hace muchos años me dedique a ser una mujer mantenida y a dejar que las personas me atropellen por no perder el dinero que me dan.

Dios de mi cielo, hoy quiero poner por escrito estas promesas y poner todo de mi parte para cumplirte con ellas a cabalidad.

Dios de mi corazón yo te prometo que, a partir de hoy, me enfocare en buscar la manera en salir de esta casa y dejar de ser una rémora mantenida, esperando que, si es esa tu santísima voluntad, por favor tú me tomes de la mano para que me sea posible hacerlo. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, te prometo no hablar más que para lo necesario, no opinar, no ser partícipe de nada en esta casa para comenzar a acostumbrarme a vivir sola y a dejar que la otra persona viva más tranquila. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, te prometo dejar todos mis miedos, buscar trabajo con más empeño, buscar ayuda, hablar, salir y dejar mis miedos, a partir de este momento. Te lo prometo por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario