Buenas tardes
mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para
ti, la carta número 2.870.
Pero antes que nada quiero
decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE TU
CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por
la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi
corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi
corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las
tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte
que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con
tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y
salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi
amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar
esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, yo quiero que sepas que
gracias a ti y solo a ti, todo lo gris en mi vida se torna de color. Tu eres el
único que puede transformar en un segundo mi profunda tristeza en alegría. Que,
si no fuera por ti, yo no sería capaz de nada. Dios de mi amor, sabes que
como ser humano yo me siento un completo fracaso, una persona que a sus 58 años
no sirve para nada, no tengo trabajo, no puedo aportar nada a nadie, soy una
mantenida.
Una persona
que ve pasar sus días sin hacer nada útil, que si fuera por mi condición de
humano yo estaría siempre triste y llorando. Es por lo que quiero decirte
gracias porque tu mi amadísimo señor Jesucristo eres quien dignifica mi
existencia, que está inútil que ante la sociedad e incluso ante mí misma, no
tiene ningún valor. Oh, mi amadísimo señor Jesucristo, gracias por amarme
tanto. Gracias porque tu amor dentro de mi corazón dignifica mi vida, gracias porque
tu amor le da a mi existencia el valor real que tiene.
Gracias Dios de
mi alma, por estar siempre conmigo, en las buenas, en las malas, en las
regulares. Gracias por ser mi mejor y única compañía, gracias por ver en mi a
una hija que vale tanto que merece tu inmenso amor. gracias por llenar mi corazón
de paz y felicidad, incluso cuando todo lo humano parece derrumbarse.
Dios de mi cielo,
yo muchas veces no me siento merecedora de tu inmenso amor, en todas esas
ocasiones en las que te quedo mal, en los momentos en los que me dejo llevar más
por mi condición de ser humano que por el de hija tuya, aun así, yo te suplico con
todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, que, aunque yo no merezca
tu amor, por favor nunca me dejes sin él. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, solo quiero decirte una vez más,
aunque te lo diga a diario, que te amo con todo el amor de mi corazón, que te
adoro, que eres todo en mi vida y que te agradezco con el alma porque me amas a
pesar de no merecerlo. Oh mi Diosito adorado, gracias por ser mi padre adorado y
el único amor verdadero de mi corazón. Gracias por tanto amor.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario