PAGINA PRINCIPAL

lunes, 27 de febrero de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS SETENTA A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.870.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE TU CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, yo quiero que sepas que gracias a ti y solo a ti, todo lo gris en mi vida se torna de color. Tu eres el único que puede transformar en un segundo mi profunda tristeza en alegría. Que, si no fuera por ti, yo no sería capaz de nada. Dios de mi amor, sabes que como ser humano yo me siento un completo fracaso, una persona que a sus 58 años no sirve para nada, no tengo trabajo, no puedo aportar nada a nadie, soy una mantenida.

Una persona que ve pasar sus días sin hacer nada útil, que si fuera por mi condición de humano yo estaría siempre triste y llorando. Es por lo que quiero decirte gracias porque tu mi amadísimo señor Jesucristo eres quien dignifica mi existencia, que está inútil que ante la sociedad e incluso ante mí misma, no tiene ningún valor.  Oh, mi amadísimo señor Jesucristo, gracias por amarme tanto. Gracias porque tu amor dentro de mi corazón dignifica mi vida, gracias porque tu amor le da a mi existencia el valor real que tiene.

Gracias Dios de mi alma, por estar siempre conmigo, en las buenas, en las malas, en las regulares. Gracias por ser mi mejor y única compañía, gracias por ver en mi a una hija que vale tanto que merece tu inmenso amor. gracias por llenar mi corazón de paz y felicidad, incluso cuando todo lo humano parece derrumbarse.

Dios de mi cielo, yo muchas veces no me siento merecedora de tu inmenso amor, en todas esas ocasiones en las que te quedo mal, en los momentos en los que me dejo llevar más por mi condición de ser humano que por el de hija tuya, aun así, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, que, aunque yo no merezca tu amor, por favor nunca me dejes sin él. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, solo quiero decirte una vez más, aunque te lo diga a diario, que te amo con todo el amor de mi corazón, que te adoro, que eres todo en mi vida y que te agradezco con el alma porque me amas a pesar de no merecerlo. Oh mi Diosito adorado, gracias por ser mi padre adorado y el único amor verdadero de mi corazón. Gracias por tanto amor.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario