Buenos
días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo
para ti, la carta número 2.799.
Pero
antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA
PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL
ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias
por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo
día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi
amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre
celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.
Y
para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón
por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y
también quiero suplicarte que, si es esa tu Santísima voluntad, además de
llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a
todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma,
hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, hoy
es un día tranquilo gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo. Y
es un día tranquilo porque he recibido de tus sagradas manos la capacidad para
vivir dentro de mi fe. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial. Dios de mi amor, antes de seguir agradeciéndote y antes de que se
me olvide, quiero hacer una pequeña pausa para suplicarte que, si es esa tu
Santísima voluntad, por favor me perdones por demorarme más de 57 años para
darle el real valor a esta vida maravillosa que tu amor me regala cada día. Te
lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi cielo, te agradezca con el alma y con el corazón por amarme como me amas,
por enseñarme a vivir, por permitirme poner en práctica esas tus enseñanzas y
porque nunca me has dejado sola. Te lo agradezco por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios
de mi corazón, gracias por la fe, gracias por la esperanza, gracias por el
amor, gracias por la confianza, gracias por tu bondad, gracias regalarnos la
oportunidad de ser tus hijos y de gozar de la enorme bendición de que seas
nuestro padre. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Dios
de mi alma yo te agradezco con todo mi corazón por cuidar de mis hijos con
tanto amor, por proteger y bendecir con tu inmenso amor a esos hijos que me
permitiste traer a este mundo gracias a tu amor y que me concedes la gracia de
compartir nuestra vida. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial. Dios de mi vida, yo te agradezco con todo mi corazón por las
nuevas oportunidades que nos brindas a todos nosotros tus hijos alrededor del
universo entero, porque cada día que pasa nos abres nuevas puertas, cierras
para nosotros aquellas que tú sabes no nos convienen y nos ayudas a
reinventarnos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te
amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta
mañana.
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