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miércoles, 30 de noviembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y UNO A DIOS



Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.781.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO, Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. 

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Dios de mi vida, en tus manos encomiendo el ingreso de mi hijo al nuevo lugar que gracias a ti y solo a ti pudimos conseguir para que se mudara y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, antes, durante y después de que haya ingresado para que todo salga maravillosamente bien, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo los deseos de cambio de vida de mi hijo menor y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, esta noche, el día de mañana, los días, los meses y los años venideros, por siempre y para siempre, para que esos deseos sean cada vez más grandes, más constantes y nunca se pierdan gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo mi paciencia para esperar hasta que mi hijo tome conciencia y desee cambiar verdaderamente, y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días, por siempre y para siempre, para que esa paciencia sea cada vez más fuerte, más grande, más resistente y nunca se pierda gracia a ti y solo a ti mi amadísimo señor a Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo la salida de mi hijo de las drogas y el alcohol y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, para que esa salida sea una maravillosa realidad, cuándo y cómo tú lo decidas mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, en tus manos encomiendo la lucidez mental de mi hijo menor en este momento, esta noche, el día de mañana y los días venideros por siempre y para siempre, para que él sea capaz de comunicarse con la gente de la manera inteligente que él se comunica gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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