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lunes, 3 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS VEINTITRES A DIOS




Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2723.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco con todo mi corazón por permitirnos recibir de tus sagradas manos los milagros que nos regalas a diario. En este momento yo te agradezco por bendecirme con el milagro de la fe y la confianza ciega en ti. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, en este punto quiero detenerme para suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber sabido antes cómo poner en práctica mi fe desde hace mucho. Apenas ahora, que estoy envejeciendo puedo afirmar que, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor a Jesucristo estoy aprendiendo a hacerlo. Te lo suplico por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, gracias porque nunca te diste por vencido, por tener la paciencia para esperar hasta que yo, después de más que 50 años pudiera escuchar lo que me decías respecto a mi fe desde que tengo uso de razón pero que yo no podía escuchar. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, gracias por el milagro de sacar a mi hijo menor del abismo en el que se encontraba y por lograr para él, el mejoramiento continuo y la cura para todos sus padecimientos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, gracias por ayudarnos a todos nosotros a entender todos nuestros problemas y a tomarte de la mano para poder salir de ellos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, gracias por ser nuestro defensor, por defendernos de todos nuestros enemigos y por defendernos incluso de nosotros mismos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, gracias, gracias, gracias por tanto amor, gracias porque nunca dejas de cuidarnos y gracias por no abandonarnos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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