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sábado, 1 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS VEINTIUNO A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2721.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR SU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día. Gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, primero que nada, quiero agradecerte inmensamente por ayudar a mi hijo menor a encontrar la cura para todos sus problemas de salud mental, física y emocional. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, desde el día en el que hablaste y me hiciste ver lo equivocada que yo estaba llorando y desesperándome por la situación de mi hijo, sabiendo que tu estas en control de todo y de todas en este mundo, yo comencé a ser consciente del maravilloso milagro que tu mi amadísimo señor Jesucristo no has regalado a mi hijo y a mí, erradicando de su vida los problemas que nos tenían sumidos n una horrible situación.

Después de ese día, también tuve un sueño maravilloso en el que vi a mi hijo consciente y agradecido por haber recibido de tus sagradas manos el milagro de su cura. Todas esas cosas que me dices de frente y me mandas a decir en sueños llenan mi alma de Esperanza y mi corazón de absoluto agradecimiento para ti mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, nunca como hasta ahora había aprendido a vivir en la práctica de mi fe y quiero agradecerte infinita mente por haberme bendecido con el don de saber cómo hacerlo cada día, todos los días. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón sabes que sin ti nada es posible para mí, sin ti, sin tu divina presencia dentro de mi corazón mi existencia no seria posible, sin ti, no tendría la dicha de recibir un milagro nuevo cada día y sin ti, yo no sería capaz de resolver nada en esta vida. Gracias por ser mi padre, mi único, gran y verdadero amor, mi mejor amigo, mi protector. Gracias por ser todo en mi vida y por hacer que mi existencia sea maravillosa gracias a tu inmenso amor. Te lo agradezco con todo mi corazón mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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