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lunes, 17 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS TREINTA Y SIETE A DIOS



BBuenas noches mi Diosito a adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2737.

Pero antes que antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pescados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por estresarme hoy y discutir con mi hijo una vez más. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber aprendido a lidiar con mi hijo cuando está en medio de una crisis de identidad desencadenada por las cosas que consume. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por llorar de nuevo, por desesperarme otra vez, por mi debilidad, por fallarte de nuevo con mi promesa de no llorar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber aprendido a enfrentar esta situación a pesar de que tú me estás ayudando desde que comenzó. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no saber comunicarme con mis hijos de la manera correcta a pesar de que tú me has enseñado desde hace mucho. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque aun no he podido saber cómo enfrentar la situación por la que esta atravesando mi hijo menor para poder ayudarlo de la manera que tu quieres mi amadísimo señor Jesucristo. Por no saber cómo responder a sus constantes ataques, por no saber cómo lograr aconsejarlo o dejarlo ser sin molestarlo. Te lo suplico por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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