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miércoles, 12 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS TREINTA Y DOS A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2732.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR    EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por llorar a causa de las pequeñeces que me pasan en lugar de sonreír por recibir a diario la grandeza de tu inmenso amor. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por permitir que la angustia aun me llegue, a pesar de que gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, yo vivo en la fe, dentro de la fe y pegada de la fe. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber pasado la prueba que tuve en los días pasados, que me hizo pelear de nuevo con mi esposo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todo lo malo que hice desde que tengo uso de razón. Por todos los errores que cometí de adolescente, que hicieron sufrir a mis padres, por los errores que cometí de joven que hirieron a cualquier persona que conoce, por todos los enormes errores que cometí estando casada en mi primer matrimonio, que me hicieron acreedora del odio de mi esposo y que lastimaron a las personas.

Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todos los errores que cometí con mis hijos cuando eran pequeños, mientras crecían, cuando eran adolescentes, y cuando se hicieron adultos, errores que me costaron tenerlos de enemigos a unos y alejados a otros. Te lo suplico por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todo lo malo que hice o dije, porque recibiendo tu perdón es la única manera de que mis hijos ya no sufran y salgan de las situaciones difíciles en las que están en parte gracias a mí. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado, hasta mañana.

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