PAGINA PRINCIPAL

domingo, 28 de agosto de 2022

MI CARTA DOS MIL SEISCIENTOS OCHENTA Y SIETE A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2687.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

Y también quiero suplicar te que, si es esa tu Santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual, te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para hablar contigo. Te lo suplico por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, hoy, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo, ha sido un día espectacular mente bueno, un día en el que la esperanza renace, un día en el que puedo decir que tu mi Diosito adorado, nos diste la oportunidad de abrir nuestros brazos para recibir de tus manos este enorme milagro. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, hoy, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo, no solo podemos ver la luz al final del camino, sino que también podemos sentir la calidez de esa Luz. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. 

Dios de mi cielo, yo quiero que sepas que desde hace mucho tiempo yo estuve esperando por este maravilloso milagro, y aunque sé que desde hace mucho tiempo tu nos habías regalado ese milagro, apenas hasta ahora nosotros pudimos recibirlo. Fue gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo, que fuiste tan paciente para esperar hasta que nosotros entendiéramos y aprendiéramos como recibirlo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. 

Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo a mis hijos, Johana, Andrés y Fabian y te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor los sigas bendiciendo con tu amor, compañía y protección, este y todos los días, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, sin ti no soy nada, sin ti no tengo ningún valor, sin ti no soy capaz de nada, sin ti la vida no tendría sentido. Sin ti todo es gris, pero contigo lo tengo todo. Gracias por tanto amor, gracias por tu benevolencia, gracias por estar aquí, gracias porque nunca me abandonas. Gracias, gracias, gracias, gracias. Te amo y te necesito.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario