Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente
gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2660.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU
INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE
ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por
regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo mi corazón. Gracias,
gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que
te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima
voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por
favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y
espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo,
Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en
tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, como tu
bien sabes mi hijo menor esta con la idea de irse para Bogotá, y obviamente
necesita que yo le ayude para su viaje, para su hotel y para su mantenimiento
mientras este allá. Como tú sabes, ahora solo me queda algo de dinero del que
mi esposo me dio para comprar el computador y en realidad, a mí no me importaría
gastarlo todo si con eso ayudo a mi hijo. Pero lo que quisiera pedirte,
suplicarte oh, mi adorado padre celestial, es que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me hagas saber si ese viaje es bueno para mi hijo en las
circunstancias en las que él se encuentra ahora. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo sé que tú le hiciste el milagro
de sacarlo de las drogas y que ahora él tiene más conciencia de sus actos, gracias
a ti y solo a ti mi adorado padre celestial. Es por lo que te suplico que, si
es esa tu santísima voluntad, y él puede viajar a Bogotá, por favor lo bendigas
con tu amor, compañía y protección, para que todo lo que él piensa que va a
obtener allá lo consiga, pero por sobre todas las cosas del mundo, para que tu
mi amadísimo señor Jesucristo, lo libres de todo mal y peligro, por siempre y
para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, tú sabes que yo tengo mucho miedo
de lo que le pueda pasar a mi hijo sin saber si come o no, o si tiene la cordura
suficiente para cuidar de sí mismo, y en este punto solo quiero suplicarte que,
si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes para saber qué hacer y si
tú decides que él puede y debe irse a Bogotá, por favor me ayudes a cerrar los
ojos y confiar ciegamente en ti para saber que este donde mi hijo esté, tú lo
vas a proteger. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que
me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario