Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2646.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU
INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE
ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por
regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias,
gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre
celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que
te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si e esa tu santísima
voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por
favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y
espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo,
Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón.
Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me perdones por no cumplir con mis promesas para ti y amarrar tus
bendiciones con mi mal comportamiento. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial. Y es que
hasta ayer me di cuenta de que por cada vez que yo te fallo, yo misma cierro
las puertas a tus maravillosos milagros. Fallarte a ti significa demorar todas
las bendiciones que tu mi amadísimo señor Jesucristo tienes para mi y no solo
para mí, sino también para todos los seres que me diste para amar en este
mundo. Quiero que sepas que lo lamento con todo mi corazón y que te prometo
luchar de verdad mas y más cada día para ser mejor cada día y así ser capaz de
cumplirte todo lo que te prometo. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Dios de mi amor, yo te suplico con todo mi corazón que,
si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por hacer muy difícil tu
trabajo con mis altas y mis bajas, con mis cambios de humor, con mi
intolerancia. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor no
tengas en cuenta tantos errores que cometo, sino el amor que te tengo mi amadísimo
señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor me perdones porque tus milagros están ahí y mi condición humana
no me permite verlos ni disfrutarlos como debería. Te lo suplico por tu amor y
te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu
santísima voluntad, por favor me perdones por poner por encima de mi amor por
ti y de mi fe en ti, todas mis debilidades humanas. Te lo suplico por tu amor y
te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, en tus manos
encomiendo este y todos los días de la maravillosa vida que nos permites tener,
disfrutar y conservar y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
nos sigas bendiciendo con tu amor, compañía y protección, por siempre y para
siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que
me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario