PAGINA PRINCIPAL

sábado, 16 de julio de 2022

MI CARTA DOS MIL SEISCIENTOS CUARENTA Y CUATRO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2644.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, hoy estoy aquí, sentada frente a ti, para pedirte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por permitir, con más frecuencia de la que quisiera, que mi humanidad aflore, en lugar de mi condición de hija tuya. Y es que como has podido ver Dios de mi alma, llevo muchos días luchando en contra de mis miedos, de mis temores, del dolor que me producen las palabras de mi hijo, de todo lo que la gente opina, de no saber que hacer ni cómo hacerlo. Varios días en los que la desesperación me gana, y por eso te pido, te suplico, te imploro que, por favor no tengas en cuenta mis acciones de humano, sino mi amor y mi fe en ti. Quisiera que esa fe fuera más fuerte, en verdad quisiera lograr que esa fe que tengo en ti fuera ciega, porque así, yo nunca sufriría lo que sufro ni duraría ni por un instante que tu mi adorado padre celestial estas en control de todo y que todo lo vas a arreglar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por pelear con todo el mundo, por discutir, por gritar, por llorar, por sentirme mal, en lugar de ser feliz y agradecida por todo lo que tu me das. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Y en este punto quiero detenerme para prometerte, una vez más que seguiré luchando, tratando, esforzándome para lograr mis propósitos de ser una hija tuya de la que te sientas orgulloso y por mantenerme firme en mi fe y procurar que esa fe crezca cada día un poco más, porque sé que tu mi amadísimo Jesucristo me vas a ayudar a que eso sea una hermosa realidad. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, me arrodillo ante ti y te suplico perdón por todos los pecados cometidos, por sobre todas las cosas, por esos pecados que te han lastimado a ti mi adorado padre celestial. Por todas mis faltas, por no cumplir mis promesas, por no saber ser ni madre, ni esposa, ni amiga, ni persona útil para esta sociedad. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario