Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2604.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por
todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. te amo con todas las fuerzas
de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte
que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con
tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y
salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero
dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas
nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo todo lo que le está ocurriendo a mi cuerpo después de mi viaje a Colombia. Encomiendo todos mis
dolores, lo que tenga de malo en mi cabeza, lo malo que haya en mi garganta, lo
malo que tenga en mi pecho, lo que haya de malo en mi estómago, lo que haya de
malo en mi intestino y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por
favor bendigas todo con tu amor, compañía y protección, este y todos los días de
la maravillosa vida que me permites tener, conservar y disfrutar, para que
todas esas cosas malas desaparezcan para siempre de mi organismo. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, en
tus manos encomiendo todos los dolores de mis hijos, sus dolores del alma, sus
dolores del cuerpo, sus dolores de sus espíritus y te suplico que, si es esa tu
santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección,
este y todos los días de la maravillosa vida que les permites tener, disfrutar
y conservar, para que todos esos dolores desaparezcan para siempre de sus
organismos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, en
tus manos encomiendo todos los traumas de mis hijos, los de su infancia, los de
su adolescencia, los de su adultez y los que puedan tener en la actualidad y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu
amor, compañía y protección, este y todos los días de la maravillosa vida que
les permites tener, conservar y disfrutar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, en tus manos encomiendo mis
miedos, mis angustias, mis penas, mis temores, las dolencias de mi alma, mi estrés,
y todas mis debilidades humanas y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección este y todos los días
de la maravillosa vida que me permites tener, conservar y disfrutar, para que
desaparezcan para siempre de mi ser. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario