PAGINA PRINCIPAL

viernes, 3 de junio de 2022

MI CARTA DOS MIL SEISCIENTOS UNO A DIOS



Buenos días mi diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2601. 

pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA. 

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo mi paciencia, mi resistencia, mi tolerancia, mi capacidad de perdonar y de olvidar y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas todas esas cosas en mi con tu amor, compañía y protección este y todos los días de la maravillosa que me permites tener, conservar y disfrutar, para que nunca se pierdan. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Dios de mi amor, tu y solamente tú sabes todo lo que siente mi corazón, todo lo que piensa mi mente, conoces mis temores y mis más grandes dolencias, sabe que las palabras hirientes de mis hijos me hacen demasiado daño, pero sabes también que, aunque este dolor que siento es demasiado grande, no es más grande que mi fe y mi amor por ti mi amadísimo señor Jesucristo. Es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca permitas que yo pierda mi fe en ti, porque es esa fe la que me sostiene en tu inmenso amor y la que me hace ver la claridad en la completa oscuridad. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo todo el malestar, el dolor, la sensación de ahogo, los temores de perder mi vida y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y protección para que desaparezcan de mi vida gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo todas las dudas, los temores, los miedos, las situaciones difíciles, los malos recuerdos, los rencores y los desasosiegos de mi hijo menor y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección, para que desaparezcan para siempre de su existencia gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. 

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario