Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente
gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2586.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU
INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE
ADORADO, Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias
por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias,
gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que
te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima
voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por
favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y
espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo,
Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en
tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus
manos encomiendo la vida de mi hijo menor, su salud mental, física y emocional
y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con
tu amor, compañía y protección este y todos los días de la maravillosa vida que
le permites tener, disfrutar y conservar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, en tus manos encomiendo la mente
de mi hijo menor y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
la bendigas con tu amor, compañía y protección este y todos los días para que
esa mente brillante que tu le regalaste se conserve sana y fuerte a pesar de
todo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo la salud
mental de todos mis hijos, la mía propia, y la de todos los seres que me diste
para amar en este mundo y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por
favor la bendigas con tu amor, compañía y protección para que nunca se pierda.
Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo los dones de la paciencia, la resistencia y el entendimiento con los que tú nos bendices a todos nosotros tus hijos y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección este y todos los días, para que nunca los perdamos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, en tus manos encomiendo este y todos
los días de la maravillosa vida que nos permites tener, disfrutar y conservar y
te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu
amor, compañía y protección para que siempre sean los mejores días gracias a ti
y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario