Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí,
únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2575.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU
INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE
ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias
por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias,
gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que
te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es esa tu
santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro
amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo,
Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte
perdón. Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu
santísima voluntad, por favor me perdones por haber olvidado escribir para ti
la carta que debí escribir en el día de ayer, mayo 8, quiero que sepas que lo
lamento demasiado y que te prometo poner de nuevo una alerta para no olvidar lo
más importante que hago durante todo el día todos los días, escribir para ti.
Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo te suplico con todo mi corazón
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber
aprendido aun a dejar la comida que se que me hace daño y que tu ya me has
mostrado para mejorar definitivamente la salud de mi estómago. Te prometo
hacerlo mejor a partir de este momento. Te lo suplico por tu amor y te doy
gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo te suplico con todo mi corazón
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque todavía no
he sido capaz de cerrar los ojos y creer ciegamente en ti a pesar de saber que
te he entregado todos mis problemas para que tú los tomes en tus sagradas manos
y saber que, si esos problemas están en tus manos, están en las mejores manos.
Te prometo hacerlo mejor de ahora en adelante. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu
santísima voluntad, por favor me perdones por no haber aprendido a dejar de ser
intensa con mis hijos y con mis familiares y te prometo hacerlo mejor de hoy en
adelante. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial. Dios de mi alma, yo te suplico de todo corazón que, si es esa tu
santísima voluntad, por favor me perdones por las promesas que no te he
cumplido, por los miedos que me han vencido, por no ser la persona que quiero y
debo ser para merecer tu inmenso amor. Te lo suplico por tu inmenso amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que
me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario