Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2403.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por
todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor, Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi
amor.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga
vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
pedirte perdón. Dios de mi vida, yo se que en muchas ocasiones te he pedido perdón
por todos mis pecados, por aquellos pecados que recuerdo y por aquellos que mi
mente ya no puede recordar, es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa
tu santísima voluntad, por favor me perdones porque durante un tiempo en mi
pasado, yo no respetaba algunos de tus mandamientos. Te lo suplico por tu amor
y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Y es que hace unos días,
estuve recordando que desde que era apenas una adolescente yo no sabía respetar
el mandamiento de no desear a las personas comprometidas.
No recuerdo cuantos
años yo tenía, tal vez 12 o 13, en verdad no lo sé, pero recuerdo perfectamente
que tenia una amiga que era muy bonita y que pasaba mucho tiempo en el extranjero.
Esa amiga tenía un novio que a mí me gustaba mucho.
No recuerdo sus
nombres, pero lo que si pude recordar con claridad es que yo me mantenía con
ellos y que eran mis amigos, y que, aun así, yo deseaba tener un noviazgo con
el novio de mi amiga y que aprovechaba cuando ella viajaba para coquetear con él.
Quiero que sepas que, aunque fue hace mucho tiempo, yo me arrepiento de todo corazón
por haberte fallado en esa ocasión y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me perdones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi amor,
cosas como esas se repitieron muchas veces a lo largo de los años, era una muy
mala costumbre que yo tenia de querer tener lo que otras tenían, aventuras y
relaciones con personas que tienen parejas que yo conocía. Yo sé, que gracias a
ti y solo a ti mi Diosito adorado, eso quedo en el pasado y ahora soy una mejor
persona, y nunca más volví a cometer ese mismo pecado, pero te suplico que, si
es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por haber faltado a ese tu
mandamiento sagrado. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario