PAGINA PRINCIPAL

miércoles, 17 de noviembre de 2021

MI CARTA DOS MIL CUATROCIENTOS TRES A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2403.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor, Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo se que en muchas ocasiones te he pedido perdón por todos mis pecados, por aquellos pecados que recuerdo y por aquellos que mi mente ya no puede recordar, es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque durante un tiempo en mi pasado, yo no respetaba algunos de tus mandamientos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Y es que hace unos días, estuve recordando que desde que era apenas una adolescente yo no sabía respetar el mandamiento de no desear a las personas comprometidas.

No recuerdo cuantos años yo tenía, tal vez 12 o 13, en verdad no lo sé, pero recuerdo perfectamente que tenia una amiga que era muy bonita y que pasaba mucho tiempo en el extranjero. Esa amiga tenía un novio que a mí me gustaba mucho.

No recuerdo sus nombres, pero lo que si pude recordar con claridad es que yo me mantenía con ellos y que eran mis amigos, y que, aun así, yo deseaba tener un noviazgo con el novio de mi amiga y que aprovechaba cuando ella viajaba para coquetear con él. Quiero que sepas que, aunque fue hace mucho tiempo, yo me arrepiento de todo corazón por haberte fallado en esa ocasión y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, cosas como esas se repitieron muchas veces a lo largo de los años, era una muy mala costumbre que yo tenia de querer tener lo que otras tenían, aventuras y relaciones con personas que tienen parejas que yo conocía. Yo sé, que gracias a ti y solo a ti mi Diosito adorado, eso quedo en el pasado y ahora soy una mejor persona, y nunca más volví a cometer ese mismo pecado, pero te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por haber faltado a ese tu mandamiento sagrado. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario