Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2408.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI
CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias
por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo,
mi corazón. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre
celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones
con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida
y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
pedirte perdón. Dios de mi vida, como tu sabes, ayer discutí con mi hijo mayor
Fabian y tomé la decisión de alejarme de él, porque creo que, lamentablemente
yo no pertenezco al circulo de sus personas importantes. Gracia a ti y solo a
ti mi Diosito adorado, yo se que mi hijo me quiere, pero debe distribuir su
amor con las demás personas. Yo se que el amor no se mide, pero también se que
yo estoy lejos de él, que desde muy pequeño el decidió estar al lado de su papa
y que eso es lo que quizá le da mas derecho a disfrutar de su amor. Esas son
cosas que, aunque me duelan, en realidad no me molestan. Lo único que quiero
suplicarte hoy mi adorado padre celestial, que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me perdones por discutir con él. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo
te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a sanar mi
corazón del dolor que me produce sentirme relegada y me ayudes a perdonar y a
olvidar todas esas cosas que me afectan. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo
te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas con tu amor,
compañía y protección a mi hijo Fabian, a su compañera sentimental Daniela y a
mis nietos Jacobo y Juan, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor
y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón,
gracias por ayudarme a entender las diferencias que existen entre todos los
seres humanos, gracias por hacerme entender que, aunque los seres que me diste para
amar en este mundo, actúen y piensen muy diferente a mí, aun así, el amor que
nos une, proviene de ti y ese amor nunca se termina. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario