Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2365.
Pero antes que nada quiero
decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN,
POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA
TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga
vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco de todo corazón por esta
nueva semana que me permitiste vivir, por la nueva semana que gracias a ti y
solo a ti me permitirás vivir. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial. Dios de mi amor, gracias por todas las cosas que me enseñaste
esta semana que pasó, por haberme permitido entender, asimilar y poner en
practica esas tus maravillosas enseñanzas. Te lo agradezco por tu inmenso amor
mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo
te agradezco con todo mi corazón por los días que se fueron, porque esos se
llevaron los errores que cometí y me dejaron la experiencia, gracias a ti y
solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Dios de mi corazón,
te agradezco con todo mi corazón, por las cosas que pude cambiar esta semana
que ya pasó, por las promesas que te pude cumplir, por la salud que pude recuperar,
gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, yo
te agradezco de todo corazón por ese cambio tan radical que tu has obrado en mí,
por todos los milagros recibidos de tus sagradas manos en esta semana que paso
y todos los días de mi maravillosa vida. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Dios de mi vida, cada
día que pasa es un nuevo milagro para mí, yo te agradezco de todo corazón por
ayudarme a mantenerme fuerte en mi fe, a pesar de que muchas veces el temor
invade mi existencia. Yo te agradezco de todo corazón porque en esos momentos
tu vienes a mí, me hablas o me envías tu mensaje a través de muchos medios y
permites que yo me entere de esos mensajes, para que me dé cuenta de que debo
vivir en la fe y no en el miedo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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