Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2338.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte
que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con
tu inmenso amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi
vida, en tus manos encomiendo el malestar de mi nieto Jacobo y de su mamá
Daniela y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas
con tu amor, compañía y protección, antes, durante y después de su completa recuperación.
Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, en
tus manos encomiendo la salud de mi hermana patricia y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección
antes, durante y después de todos los tratamientos que se esta haciendo para
verse mas joven. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de cielo, en tus
manos encomiendo mi memoria y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección para que nunca la
pierda. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón,
en tus manos encomiendo a mi hija Johana y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, en todo
momento, en cada lugar. Que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
bendigas su camino al trabajo, su estadía en el lugar de trabajo, su regreso a
la casa después del trabajo, todos sus días y sus noches, su salud y su vida
por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Dios de mi alma, en
tus manos encomiendo a mi hijo mayor Fabian y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor bendigas lo bendigas con tu amor, compañía y protección este
y todos los días de su maravillosa vida. Que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor bendigas todas sus oportunidades laborales y su inteligencia para
tomar las mejores decisiones. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor lo libres de cualquier engaño. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, en
tus manos encomiendo la vida y la salud de mi hijo menor Andrés y te suplico
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía
y protección este y todos los días de su maravillosa vida y te suplico que, si
es esa tu santísima voluntad, por favor procures para él la inteligencia
necesaria para cuidar de si mismo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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