PAGINA PRINCIPAL

domingo, 1 de septiembre de 2024

MI CARTA TRES MIL CUATROCIENTOS VEINTIDOS A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3422.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me perdones por no saber administrar los recursos económicos que tú nos permites conseguir. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me perdones por toda la angustia existencial que yo les haya generado a mis tres hijos durante su niñez, durante su adolescencia, durante su juventud y ahora durante su madurez. Te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me perdones por los innumerables errores que he cometido en la crianza de mis hijos. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me perdones por ser una mala hija, por ser una mala madre, por ser una mala hermana, por ser una mala abuela, por ser una mala esposa, por ser una mala amiga, por ser una mala compañera de trabajo, por todo lo malo que hay en mí y que aún no he podido corregir para ser una mejor persona y merecer todo el amor, la protección y los maravillosos cuidados que recibo de tus manos cada día, todos los días. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no tener la capacidad de administrar los dineros que ganamos y por tenernos a todos en la quiebra. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por ser tan distraída, por no poner la atención que se necesita para hacer todo lo que tengo que hacer. Oh, mi amadísimo padre celestial, por favor perdóname por no servir para nada. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te agradezco con todo mi corazón por hacerlo todo por mí.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor.  Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario