PAGINA PRINCIPAL

martes, 2 de julio de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS SESENTA Y UNO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3361.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, tú eres el único que conoce realmente mi corazón, el que conoce a profundidad mis sentimientos, el que sabe que pasa y que no pasa dentro de este corazón enorme. Y es que la grandeza de mi corazón esta representada en tu divina presencia y en tu inmenso amor. Esas son las verdaderas razones por las cuales mi corazón es grande. Dentro de ese, mi corazón hay sentimientos de amor, pues es ese tu inmenso amor el que me permite amar a todos aquellos seres que tu trajiste a mi vida para acompañarla. En muchas ocasiones he querido olvidarme de todos aquellos quienes me desprecian, dejarlos de lado y continuar con mi vida para ya no sufrir mas decepciones, pero ese tu inmenso amor no me lo permite, porque esas personas que ahora me desprecian, están unidas a mi por esos lazos de amor irrompibles ya que tu amor nos unió desde siempre y para siempre.

Dios de mi amor, es ese tu inmenso amor lo que mantiene viva en mi la esperanza, es ese tu inmenso amor el único que logra calmar el dolor que me produce el desprecio de mis seres amados, sobre todo el desprecio de mis hijos, en especial el desprecio al que me ha sometido mi hijo menor, quien de un momento a otro me ha convertido en su peor enemiga y no pierde oportunidad para herirme.

Dios de mi cielo, tu has puesto dentro de mi corazón mucho amor para mis hijos y has logrado que ese tu inmenso amor no se pierda a pesar de todos los desprecios humanos de los que soy objeto. Es ese tu inmenso amor el que me hizo comprender que los errores que cometí joven con mis hijos me han pasado una factura demasiado costosa, factura que quizá nunca pueda pagar. Pero es ese tu inmenso amor el que me permite ser feliz, a pesar de que el desprecio de mis hijos es una herida que sigue abierta y que produce un inmenso dolor cada vez que mi hijo me insulta, me bloquea o se queda sin hablarme. Quiero que sepas oh, mi amadísimo señor Jesucristo que mi debilidad humana me hace llorar a causa de esta herida, pero mi condición de hija tuya me trae la cura para esas lágrimas, cada vez que mi debilidad humana quiere derrotarme. Gracias oh, mi amadísimo señor Jesucristo por amarme tanto, por la inmensidad del amor con el que llenas a mi corazón y por perdonar mis errores, a pesar de que la humanidad no me los perdona. Gracias porque tu amor sostiene mi vida y tu amor me da las fuerzas que yo necesito para seguir viviendo y ser feliz a pesar de todo. Gracias, gracias, gracias, mi amor.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario