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martes, 30 de julio de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS OCHENTA Y NUEVE A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3389.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, ayer en la tarde, cuando vi el nuevo tiempo que le pusieron al caso de mi hijo me sentí derrotada, triste. Mis pensamientos humanos me ganaron porque lo primero que pensé es que yo no merezco ver a mi hijo por todos los errores que cometí con el cuando era un niño. Mis pensamientos negativos me sumieron en una profunda tristeza y llore porque me convencí de que perdí la batalla, una vez más.

Hoy, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, la esperanza vuelve a mí, me pego de ti y de tu inmenso amor para entender que la venida de mi hijo para acá es cuando tu lo decidas y que tú eres el único que sabe cuándo será ese cuando y también eres el único que decide si yo merezco volver a ver a mi hijo o no y lo único que yo te pido es, si es esa tu santísima voluntad, por favor permitas que mi hijo cumpla su sueño de venir acá así yo no pueda verlo. Te lo suplico por tu amor y te prometo conservar mi esperanza, mi fe en ti y la certeza de saber que tu me amas y que tu me has perdonado. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, quiero reiterarte que te amo con todo mi corazón, que me duele en el alma haber perdido el amor de uno de mis hijos, pero que en tu inmenso amor encuentro consuelo para ese dolor, porque te amo mas que a nadie en este mundo. Tu amor es para mi y es para todos mis hijos y es ese tu inmenso amor el que me hace amar a mis hijos a pesar de que ellos no me amen, pero sin tu amor yo no soy nada.

Tu mi adorado padre celestial, eres mi centro, eres mi amor, eres mi energía, eres quien me da la vida y quien hace que esta mi vida valga la pena vivirla aun sin el amor de mis hijos. Te lo agradezco con toda mi alma, porque nada de eso seria posible sin ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Te lo agradezco y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca me dejes sola.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

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