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miércoles, 24 de julio de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS OCHENTA Y TRES A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3383.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en verdad te digo que me hubiera gustado mucho ser una persona diferente, merecedora de tu inmenso amor, y que te agradezco cada día, todos los días, por amarme como me amas, a pesar de no merecerlo. Yo si quiero ser una mejor persona porque quiero que tu mi adorado padre celestial estes orgulloso de mi cambio. No quiero cambiar para agradar a los humanos, mi cambio es para ti, en honor a ti, como mi humilde manera de decirte y demostrarte que te amo. Se que aun me falta mucho, pero me seguiré esforzando. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todos mis errores, por todas mis equivocaciones, por todos mis pecados y que si, es esa tu santísima voluntad, por favor nunca dejes de amarme. TE lo suplico por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, hace pocos días comencé a recordar pequeños fragmentos de mi pasado, pero son solo recuerdos aislados, tal vez momentos, pero no recuerdo ni palabras ni hechos completos. No se cuál es la razón para haber olvidado casi toda mi niñez, mi adolescencia y hasta episodios de mi adultez. Tal vez mi memoria no quiere recordar, lo que si recuerdo es que siempre fui caótica, estuve triste, tenia rabia y rencor hacia todos mis hermanos y hermanas y hacia mis padres que parecían no amarme. Aun no puedo recordar porque, que cosas me pasaron, que cosas me dijeron, que cosas me hicieron como para que yo decidiera aislarme de mi familia aun viviendo con ellos.

Dios de mi cielo, todas esas cosas que no recuerdo, o que quizá recuerdo a medias, eran demasiado importantes para mi en el pasado, pero ahora, todas esas cosas ya no tienen relevancia en mi vida, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo yo aprendí que, en esta vida lo único verdaderamente valioso e importante es tu inmenso amor. Oh, Dios de mi alma, yo me arrepiento de todo corazón por haber perdido tanto tiempo sufriendo por tonterías humanas, en lugar de aprovechar ese valiosísimo tiempo que tu me diste para buscar mi verdadera felicidad dentro de mi corazón, porque allí estas tu. Quiero que sepas que lo lamento demasiado y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por este grave error. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

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