Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3230.
Pero
antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA
PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL
ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias
por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y
para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por
todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar
nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma,
hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todas estas
cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, por mas
que yo te diga gracias, ningún agradecimiento será suficiente para expresarte cuan
grandes, espectaculares y maravillosos son los milagros que ye he recibido de
tus sagradas manos durante toda mi vida y cuan feliz soy al recibirlos. Yo
quiero que sepas que yo se que no me alcanzará la vida para decirte gracias,
gracias, gracias, gracias, gracias, mil gracias, muchísimas gracias. Te amo.
Dios
de mi amor, tu sabes cuanto yo te necesito, cuanto yo te amo y cuan arrepentida
estoy por todas las veces en las que te he quedado mal, las veces en las que
hago las cosas que no son correctas, las veces en las que falto a cualquiera de
tus mandamientos y sobre todo, las veces en las que mis palabras o mis acciones
te hacen daño.
Yo quiero ser
una mejor persona, ser esa hija de quien tu estes orgulloso, devolverte, aunque
sea en una mínima parte el amor que tu me das. Te amo oh, mi amadísimo señor Jesucristo
y me arrepiento de todo corazón por haberte fallado tanto.
Dios de mi
cielo, este día y todos los días que me has regalado la valiosa oportunidad de
vivir, que has hecho que goce de buena salud física, mental y espiritual y,
sobre todo, que me has bendecido con tu inmenso amor, son unos tesoros que
quiero conservar y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
nunca me los quites. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi corazón,
gracias por amarme tanto, gracias por bendecirme siempre, gracias por
protegerme y gracias por acompañarme. Sabes que sin ti mi vida no seria nada,
mi vida ni siquiera existiría. Te amo y te necesito siempre. Por favor nunca me
abandones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario