PAGINA PRINCIPAL

jueves, 8 de febrero de 2024

MI CARTA TRES MIL DOSCIENTOS DIEZ Y SEIS A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3216.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por discutir de nuevo con mi hijo, por dejarme llevar por la profunda tristeza que siento al saber que el se olvido de mí, se olvido de que yo no conocía a esas personas que le hicieron tanto daño y que me culpe a mi de todo lo malo que le paso en la vida. Es demasiado doloroso para mí. Reconozco ante ti todos los errores que yo cometí cuando ellos eran unos niños y quizás también durante su adolescencia y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todo lo que sea mi responsabilidad para que mi hijo este mal. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no entender que tú eres el único que sabe porque están pasando estas cosas y que si tu permites que pasen es porque así debe ser. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber aprendido a comunicarme de mejor manera con mi hijo, por no haber entendido que es lo que pasa por su cabeza y por no haber podido con todo lo que él me dice, hasta el punto de darme por vencida. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haberle cumplido las promesas a mi hijo de la compra del apartamento y otras más que no recuerdo, porque esa ha sido una de las mayores causas por las cuales mi hijo me ha reprochado. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todas las mentiras que yo dije en esta vida, porque nada justifica una mentira ya que mintiendo falte demasiado a uno de tus sagrados mandamientos. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario