Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 2989.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi
amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida,
Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero
dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras
peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo absolutamente todo en
mi vida, los problemas que tengo, las angustias que padezco, las enfermedades
que me aquejan, mis debilidades, mis constantes errores, las cosas que hago que
ni siquiera yo entiendo, las cosas que hare y que aún no conozco y te suplico
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía
y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre,
parta que lo malo se vaya, lo bueno se quede, las enfermedades se curen y sobre
todo para que yo nunca pierda mi fe en ti, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo
señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo absolutamente todo en la vida de todos los seres
que me diste para amar en este mundo, mis hijos, mi esposo, mis hermanos y
hermanas, mis sobrinos y sobrinas, mis nietos, mis animales y todos los que
ahora olvide mencionar, encomiendo los problemas
que ellos tengas, las angustias que padezcan, las enfermedades que los aquejen,
sus debilidades, sus errores, las cosas que hagan que ni siquiera ellos
entienden, las cosas que harán y que aún no conocen y te suplico que, si es esa
tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y protección,
en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre, para que lo
malo se vaya, lo bueno se quede, las enfermedades se curen y sobre todo para
que ellos nunca pierda su fe en ti, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor
Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial. Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo este día para todos
nosotros y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo
bendigas con tu amor, compañía y protección, antes, durante y después de que
termine lleno de amor, paz, felicidad y prosperidad, gracias a ti y solo a ti
mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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