PAGINA PRINCIPAL

lunes, 29 de mayo de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS SESENTA Y UNO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2961.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te las digo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, ayer en la noche tuve una pesadilla, volví a soñar que algo muy malo le pasaba a mi hijo menor. Gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo eso solo fue un mal sueño y al despertar todo estaba perfecto con mi hijo. Oh, mi adorado padre celestial, yo pienso que todos esos malos sueños que tengo son producto de mis miedos, del dolor que no he podido dejar de sentir cuando mi hijo me habla con tanta indiferencia. Sabes que el aun no contesta mis llamadas y que me habla solo de vez en cuando dos o tres palabras. Aunque ya hace mucho entendí que su comportamiento para conmigo lo tengo totalmente merecido, aun no me acostumbro a ser tratada como enemigo por parte de mi propio hijo. Te digo todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, con respecto a la estadía en esta casa, trabajando para la señora, yo debo decirte que a mí me encantaría ser más útil. Tú sabes que no es que me dé pereza trabajar, sino que solo tú y yo conocemos verdaderamente cuales son mis limitaciones. Gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, yo no me considero una persona enferma, al contrario, cada día, todos los días, te doy inmensas gracias por regalarme la energía vital y por permitirme vivir y respirar y moverme sin dificultad. No me considero una persona discapacitada, por necesitar de algo mecánico para que mi corazón trabaje, porque al final, ese es el corazón que tú me diste y es el que tu mi amadísimo señor Jesucristo bendices cada día para que trabaje perfectamente. Es solo que, si me gustaría que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me permitieras tener un trabajo remoto para completar mis ingresos y así ayudar más a mi familia. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, yo pienso que este es un lugar muy bonito para trabajar y te prometo echarle muchas ganas para que las cosas funcionen, sin dejar de pedirte a diario que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nos concedas la bendición de tener una casa propia, así sea pequeña, para que mi esposo y yo nunca más nos veamos en la situación de tener que salir corriendo y no tener para donde hacerlo. Te digo todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario