PAGINA PRINCIPAL

jueves, 18 de mayo de 2023

MI CARTA DOS MIL NOVECIENTOS CINCUENTA A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracia a ti, escribiendo para ti, la carta número 2950.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA SUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te las digo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, tú sabes que yo quiero poner todo de mi parte para que salgamos adelante y tengamos la manera de ahorrar dinero para poder conseguir una mejor calidad de vida para todos, tú sabes que estoy llena de miedos y de dudas acerca de si yo voy a ser capaz o no de hacer este trabajo. Si voy a ser capaz o no de resistir a esta señora y si voy a ser capaz o no de tener la humildad necesaria para no enojarme cuando ella me grita.

Dios de mi amor, son tantas cosas las que ahora pasan por mi mente y que como ser humano me preocupan, pero quiero que sepas que, si tú me trajiste hasta aquí, es porque tú sabes que aquí debo estar, entonces, te prometo dejar todo en tus sagradas manos y vivir en la fe y no en el miedo.

Dios de mi cielo, sabes que yo te agradezco demasiado porque me enseñaste a vivir en la fe que te tengo, esa fue la única manera como yo he podido superar todos los problemas, el más grave de ellos lo que le paso a mi hijo menor y los otros que me van llegando y que yo sola no puedo resolver. Oh, mi adorado padre celestial, gracias por tanto amor.

Dios de mi corazón, yo quiero que sepas que voy a poner lo que me da mi humanidad para desempeñar este trabajo de la mejor manera, que si no me siento capaz te voy a suplicar a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo que me ayudes y que voy a vivir exclusivamente de mi fe dejando de lado todos mis temores humanos. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, también te prometo ser más paciente con mi esposo Guadalupe para que las cosas fluyan mejor sin el estrés de las peleas, para demostrarte con hechos que si puedo cumplir con la promesa que te hice de no pelear y para que tu veas que yo si pongo de mi parte para ser esa persona que tú quieres que yo sea. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario