Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2770.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. TE lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida,
Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero
dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas
nuestras peticiones, te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, como tu ya sabes, desde el momento en el que
gracias a ti y solo a ti, yo llegue a este país he estado viviendo con otras
personas que apenas conozco y ha sido demasiado difícil para mí. Aunque después
de un tiempo aprendí a ser mas agradecida y a mirar esta situación de otra
manera para no generar más conflictos de los que siempre he tenido con mi esposo,
hoy, el está viendo una casita con la esperanza de que podamos mudarnos a vivir
solos. Es por lo que quiero poner en tus sagradas manos la negociación de la
nueva vivienda entre mi esposo y el dueño de la casa y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección,
antes, durante y después de que se realice para que esa negociación sea exitosa
gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo mi actitud frente al problema de mi hijo y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu
amor, compañía y protección, hoy, mañana y siempre para que esa actitud cambie
para bien y se convierta en la actitud que tu mi amadísimo señor Jesucristo
quieras que sea. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo,
en tus manos encomiendo la estabilidad emocional, física, mental, espiritual y económica
de todos nosotros tus hijos alrededor del mundo entero y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección,
este y todos los días, por siempre y para siempre, para que todo sea perfecto
gracias a ti y solo a ti y amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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