PAGINA PRINCIPAL

lunes, 15 de agosto de 2022

MI CARTA DOS MIL SEISCIENTOS SETENTA Y CUATRO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2674.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo mi salud mental, física y emocional y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección en este instante, en este día y en todos los días de la maravillosa vida que me permites tener, disfrutar y conservar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo la cordura de mi hijo Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, para que nunca se le pierda. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo esta situación que me ha rebasado hasta el punto de la desesperación y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, para que yo pueda conservar mi fe intacta, para que mi amor por ti y mi fe ciega en ti sean más grandes que esta angustia humana. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo la vida y la salud de mi hijo Andrés y te suplico que, si es esa tu sanísima voluntad, por favor no tengas en cuenta sus malas decisiones ni sus errores, sino la fe que te tiene. Que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, este día y todos los días venideros, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo este mi cansancio, este mi malestar, esta mi tristeza, esta mi desesperación, este mi miedo, estos mis temores y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección, para que desaparezcan para siempre de mi existencia y prevalezca dentro de mi corazón mi amor por ti, mi fe en ti y mi total agradecimiento por todas las cosas buenas que me regalas a diario. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario