Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente
gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2521.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU
INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE
ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias
por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias,
gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que
te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima
voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por
favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y
espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo,
mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi
vida, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias por este milagro tan enorme
que me has hecho. Gracias por proteger a Andrés en los momentos en que esta mas
vulnerable, en todos los momentos en los que no piensa con claridad, en todos
los momentos en los que no es 100 por ciento el mismo. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, gracias, por el milagro de
proteger a mi hijo menor con tanta fuerza y tanto amor para que nada de lo que
haga, de lo que coma, de lo que fume le haga un daño irreversible. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo te agradezco de todo corazón por
perdonar en mi todas mis debilidades, por abrazarme cuando el temor me invade,
por llenarme de amor, de tanto amor que hace que mi corazón se hinche de
felicidad. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, el día de ayer fue un día extraño,
un día lleno de emociones, de temor, de angustia, pero ese día se transformó en
absoluta felicidad, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo Señor
Jesucristo, yo tuve la certeza de que tú, ibas a tomar en tus sagradas manos la
vida y la salud de mi hijo menor y la ibas a salvar con tu gran amor. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, gracias por esta ahí, dentro del corazón
de mi hijo, dentro de mi corazón, dentro del corazón de cada ser humano para
salvarnos, para sacarnos del abismo en el que nos metemos, para ayudarnos y
para limpiar todas nuestras impurezas para que podamos mirarte a la cara sin
dejo de vergüenza. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial. Dios de mi vida, gracias, gracias, gracias, por todo, gracias, por
tanto. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que
me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario