Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2398.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por
todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones
con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida
y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte
gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco infinitamente por ayudarnos a mantener
la calma durante las tormentas. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial. Dios de mi amor, gracias por ayudarnos a ser fuertes, a enfrentar
las dificultades tomadas de tu mano, a tener el conocimiento necesario para
arreglarlo todo, porque ese conocimiento proviene de ti y solo de ti mi amadísimo
Señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, gracias
por ser la voz que habla a través de mis palabras y que logra llegar a los oídos
de todas las personas con las que yo hablo. Te lo agradezco por tu inmenso amor
mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, gracias
por ayudar al mundo a decidir y a actuar. Gracias porque con tu ayuda el
universo se hace mejor cada día, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre
celestial.
Dios de mi alma, yo
te agradezco con todo mi corazón por ayudar a mi hijo Andrés a abrir su corazón
al amor, gracias por ayudarlo a cambiar su obstinada manera de ser, gracias por
ayudarlo a dejar de lado lo malo que haya heredado de nosotros sus padre y
gracias infinitas por estar a su lado, por siempre y para siempre. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida,
gracias por escuchar nuestras suplicas, por acudir ante nuestras suplicas y por
mostrarnos el camino para lograr la solución de todo lo que nos aqueja en ese
momento. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de
mi amor, gracias por amarnos tanto. Ese tu inmenso amor sostiene nuestra existencia
y nos permite vivir y sobrevivir en este maravilloso mundo que creaste para
nuestro deleite. Nunca me cansaré de decirte, gracias, gracias, gracias, por todo
lo que nos brindas a diario a todos nosotros tus hijos alrededor del mundo
entero.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario