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sábado, 11 de septiembre de 2021

MI CARTA DOS MIL TRESCIENTOS TREINTA Y SEIS A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2336.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias, por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, quiero agradecerte inmensamente por ayudarme a entender a mis hijos a pesar de no estar de acuerdo con la manera con la que ellos se dirigen a mí. Gracias por enseñarme a aceptar las consecuencias de mis actos pasados en mi presente. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, ayer en la noche, después de discutir con mi hijo mayor Fabian, me sentí mal y me puse triste porque a pesar de que el tiempo pasa, aun no hemos superado al pasado, aun sus palabras están llenas de resentimiento hacia mí, aun me reclama que le paso todo a su hermano Andrés y aun me levanta la voz para no escuchar los temas que le causan molestias.

Sin embargo, más allá de lo que sentí, más allá de la rabia y de la tristeza que me producen sus gritos, gracias a ti mi Diosito adorado, debo entender que eso es lo que debo recibir de parte de mis hijos, a causa de todos los errores de mi pasado.

Quiero agradecerte mi Diosito adorado porque el dolor que me causaba pelear con mis hijos y recibir sus reproches lo he cambiado por la felicidad que me produce saber que tu mi Diosito adorado me amas, me entiendes y me aceptas como soy. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Y quiero agradecerte también mi adorado padre celestial por enseñarme a aceptar las consecuencias de mis actos sin mas conflictos. Te lo agradezco por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo a mis hijos Andrés, Fabian y Johana y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas con tu amor, compañía y protección su relación de hermanos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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