Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2336.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias, por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones
con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida
y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
decirte gracias. Dios de mi vida, quiero agradecerte inmensamente por ayudarme
a entender a mis hijos a pesar de no estar de acuerdo con la manera con la que
ellos se dirigen a mí. Gracias por enseñarme a aceptar las consecuencias de mis
actos pasados en mi presente. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Dios de mi amor, ayer
en la noche, después de discutir con mi hijo mayor Fabian, me sentí mal y me
puse triste porque a pesar de que el tiempo pasa, aun no hemos superado al
pasado, aun sus palabras están llenas de resentimiento hacia mí, aun me reclama
que le paso todo a su hermano Andrés y aun me levanta la voz para no escuchar
los temas que le causan molestias.
Sin embargo, más allá
de lo que sentí, más allá de la rabia y de la tristeza que me producen sus
gritos, gracias a ti mi Diosito adorado, debo entender que eso es lo que debo
recibir de parte de mis hijos, a causa de todos los errores de mi pasado.
Quiero agradecerte mi
Diosito adorado porque el dolor que me causaba pelear con mis hijos y recibir
sus reproches lo he cambiado por la felicidad que me produce saber que tu mi Diosito
adorado me amas, me entiendes y me aceptas como soy. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Y quiero agradecerte también
mi adorado padre celestial por enseñarme a aceptar las consecuencias de mis
actos sin mas conflictos. Te lo agradezco por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, en
tus manos encomiendo a mis hijos Andrés, Fabian y Johana y te suplico que, si
es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas con tu amor, compañía y protección
su relación de hermanos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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